FORTALEZA

Es viento y niños corriendo,
pieles de color canela.
Espumas blancas
y penas que se esfuman con el tintineo del heladero.

Cometas danzantes,
velas frente al viento,
esferas en movimiento
que entran y salen de mi vista,
 pero el gentío no cesa.

Las nubes que son de coco
se derraman en la arena.
El mar, como tus ojos,
no tiene un color cualquiera.

Huelo el dulce de maíz
de un vendedor que se acerca.
Un niño con cubo y pala
construye su Fortaleza.

De nuevo el mar...
son tus ojos que hasta el fondo me revuelcan.

Salgo a flote a respirar
y ya he perdido la cuenta
de las veces que me ahogué
abandonada a tu esencia.


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